viernes, 31 de enero de 2014

Impuesto sobre la LOTERIA, primeras conclusiones


El IMPUESTO SOBRE LA LOTERIA es un impuesto sobre otro impuesto

IMPUESTO SOBRE LA LOTERIA

Un freno a la ilusión


Ya lo he dicho en otros artículos, desde el primer anuncio que hablaba del inminente IMPUESTO SOBRE LA LOTERIA. Un impuesto sobre otro impuesto preexistente porque como todos sabemos y deberíamos recordar, la lotería en sí misma ya es un impuesto y así —y para eso— fue inventada, para recaudar. Siendo así, ¿qué justificación hay para, sobre ese mismo impuesto implícito, crear otro IMPUESTO SOBRE LA LOTERIA del 20 % para los boletos ganadores? Ninguna, absolutamente ninguna porque este impuesto tiene una doble vertiente negativa. La primera es la de cualquier nuevo impuesto o cualquier subida de otros preexistentes, y es que a nadie le gusta pagar más impuestos cada vez, pero la segunda, y en este caso quizás la más importante, es lo que supone al ánimo y a la ilusión de la gente. Para que la lotería funcione, ludopatías aparte, es necesario que exista una ilusión que nos cierre los ojos lo suficiente como para no valorar demasiado las pocas posibilidades que tenemos de ganar, una ilusión que es más visible en el sorteo de Navidad y en algo menor medida en el de El Niño.
El IMPUESTO SOBRE LA LOTERIA es un disparo en plena línea de flotación a ese sentimiento de ilusión y como tal, necesariamente ha afectado muy negativamente en los partícipes. Ya ha quedado claro que Hacienda ha recaudado mucho menos de lo previsto, y no solo eso, sino que si además se tienen en cuenta las reducciones de ventas —impuesto original—, va a ser que se han quedado como estaban o incluso peor, con la particularidad de que han generado malestar evidente. Un malestar innecesario y contraproducente.
Algunas cifras:
Según los datos que maneja LAE, la venta ha descendido durante el año 2013 un 8,13%.
La LAE desvía la atención del impuesto alegando que el descenso es ocasionado por la situación de crisis «que ha afectado al juego significativamente», y el impuesto, desde su punto de vista, «no ha tenido un impacto significativo en las ventas».
El objetivo era recaudar 824 millones de euros.
Antes del sorteo de Navidad Hacienda había recaudado por este impuesto 250 millones de euros. Se calcula que incluyendo el sorteo de Navidad las cifras del año quedarán en 450 millones, algo más de la mitad de lo previsto.
El Gobierno recauda, sin contar con este nuevo impuesto, alrededor de 3600 millones de euros al año.
Ante estas cifras el Gobierno ya ha anunciado que revisará el impuesto en la ya cercana reforma fiscal prevista.

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