Más de un tercio de la coca incautada este año tenía Galicia como destino
La droga que controlaban las FARC en Colombia inunda el mercado internacional
Media
docena de exitosas operaciones contra el tráfico internacional
de drogas, realizadas unas en alta mar en buques que navegaban
con destino a las Rías Baixas y otras en tierras
gallegas, permitirán cerrar el 2017 con cerca de 12.000 kilos de cocaína
incautados a los narcos gallegos y a sus socios, una cifra récord que devuelve
protagonismo a las redes autóctonas, sobre todo si se tiene en cuenta que
también en el ámbito nacional se han conseguido cifras espectaculares a lo
largo del año que está a punto de finalizar. Aunque el balance oficial todavía
no se ha dado a conocer, el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, avanzó hace unos días que
el año se cerrará con más de 30.000 kilos de cocaína
incautados en España, el doble que en el 2016. Pues bien, más
de un tercio de la droga fue interceptada en Galicia o con destino a Galicia.
Desde mediados de los años 90 no se registraban cifras tan espectaculares.
El
dato tiene dos importantes lecturas. La primera, que los narcos gallegos siguen
operando aunque no tengan el protagonismo de antaño ni se les conozca por su
nombre de pila. Y la segunda, que si bien los grupos especializados han hecho
un importante trabajo al retirar del mercado cerca de doce toneladas de
cocaína, otras cantidades fuera de control abastecen a los
consumidores de toda Europa a los que llega la droga por distintas vías, aunque
con una recuperación significativa de las rutas tradicionales por mar.
El primero de los golpes se produjo
nada más empezar el año, cuando el grupo de la Policía Nacional Greco-Galicia,
en colaboración con otras fuerzas internacionales y bajo la dirección de Juan
Carlos Carballal, titular del Juzgado de Instrucción 4 de Vigo, decomisó 2.000
kilos de cocaína y detuvo a una veintena de personas; entre ellas, dos miembros
del cartel de los Boyacos, un grupo colombiano relacionado con las guerrillas
de las FARC.
Unos meses después fue abordado el buque Kraken I con el
mayor alijo de cocaína hallado en los últimos años, 5,5 toneladas a bordo de una
embarcación en la que también navegaba un vigués que hacía las
veces de enlace entre los grupos colombianos y los frustrados receptores de la
mercancía en Galicia. Otras dos operaciones que sumaron 3,5 toneladas más
completaron un balance al que hay que añadir otra importante investigación
policial a cargo del grupo ECO de la Guardia Civil,
que descubrió cuatro toneladas de coca en distintos zulos en Galicia, en
Andalucía y en Cataluña.
Pero es la primera de esas operaciones la que ilustra
lo que está pasando con el narcotráfico internacional con Galicia como
pasarela. La presencia en Vigo de dos miembros del cartel de los Boyacos,
ligado a las antiguas guerrillas de las FARC, ratifica una realidad sobre la
que no hace mucho llamó la atención la DEA norteamericana, y es que pese al
proceso de paz en Colombia, que en teoría supondría una merma de
la producción de cocaína en las selvas antiguamente ocupadas por las
guerrillas, la droga está inundando los mercados internacionales, tanto los de
Estados Unidos como los de Europa. Algunos dicen que son las propias FARC las que
siguen traficando; otros aseguran que sus laboratorios quedaron abandonados y
que los carteles se hicieron con ellos; sea como sea, lo cierto es que este
año hubo más droga que nunca en el Atlántico, y buena prueba de
ello son las espectaculares cifras con las que se cierra el año y que se
completan con aprehensiones también importantes en cannabis, marihuana y
heroína.
Viejos
y nuevos perfiles
Entre los gallegos detenidos hay
viejos conocidos de la policía, pero también grupos nuevos formados por
personas que carecían de antecedentes. Otra cosa es quién está detrás de la
tramoya, ya que se sospecha que, al menos en las operaciones más importantes,
siguen operando los clanes tradicionales a través de sus terceras generaciones.
El exceso de cocaína en la selva colombiana obliga a comercializarla en grandes
cantidades, y para eso, nada como el sistema tradicional en el que los narcos
gallegos son unos maestros.
Nombran jefe de la Brigada Central de Estupefacientes al responsable de Greco Galicia
El nuevo jefe de la Brigada Central
de Estupefacientes es natural de Melilla, pero ya se sentía gallego tras once
años en Pontevedra persiguiendo a las mafias de la droga en las Rías Baixas. A
Antonio Martínez Duarte le llegó la recompensa por una dura y eficaz labor al
frente de Greco Galicia (Grupo de Respuesta Especial para el Crimen
Organizado), una unidad creada en el año 2006 para desmantelar los clanes
arousanos con agentes especializados y casi todos de fuera de la comunidad, lo
que facilitaba que pudiesen infiltrarse entre las propias mafias.
Hizo
su trabajo con creces, no en vano fue su unidad la que, en el 2009, puso en
marcha la operación Tabaiba, con la incautación de cuatro toneladas de cocaína
a los clanes gallegos y el desmantelamiento de la infraestructura que tenían
para la descarga de la droga, un duro golpe del que tardaron años en
recuperarse. En este último ejercicio, la unidad Greco Galicia se incautó de
casi un tercio de la cocaína interceptada en España.
Seguirá vigilando muy de cerca a los
clanes gallegos desde su puesto al frente de la Brigada Central de
Estupefacientes, donde sustituye a Ricardo Toro. Su cargo como responsable de
Greco Galicia se cubrirá próximamente con el nombramiento de otro experto en
las filas de la lucha contra el narcotráfico.
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