Para sustituir a una trabajadora embarazada el contrato idóneo es de maternidad, que además está bonificado. El embarazo genera ya desde su inicio la posibilidad de tener que recurrir a la sustitución de la trabajadora, pues puede sufrir una baja por incapacidad temporal común o una suspensión del contrato por riesgo durante dicho embarazo; y además tal estado puede llevar aparejados otros problemas.
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